El Programa de Entrenamiento para el Personal de Seguridad

Cuando realizamos una evaluación del sistema de seguridad de la empresa una de las principales áreas de oportunidad que solemos encontrar es la falta de controles Humano / Operativos y muy específicamente la falta de programas formales de entrenamiento para el personal de seguridad.

Esta falta de capacitación se ve reforzada ya que actualmente la mayoría de las empresas recurren a proveedores externos para administrar su personal de seguridad y a que dan por hecho que estos proveedores dedican tiempo de calidad para entrenar a sus colaboradores. Algo muy similar ocurre cuando la organización cuenta con personal de seguridad interno ya que en el mejor de los casos los elementos reciben una inducción a su función y algo de entrenamiento físico de cuando en cuando.

Aún y cuando las razones para implementar un programa de seguridad pueden ir desde el mejorar la atención de los clientes del departamento hasta la solución de problemas específicos como pueden ser el manejo de situaciones de emergencia, la atención de autoridades, el desarrollo de habilidades en el uso del equipo de seguridad, el desarrollo y reporte de las rondas, entre muchos otros, siempre es recomendable el realizar una evaluación completa de la organización y del departamento de seguridad antes de definir las necesidades de capacitación.

Una forma muy práctica de evaluar las necesidades de capacitación del personal de seguridad es el definir en dónde ve la administración al departamento y a su personal en un periodo razonable de tiempo, dicho esto, el siguiente paso será el establecer un listado de temas específicos que permitan alcanzar esa meta.

Independientemente del programa de inducción necesario para el personal de seguridad, tema tratado ya en un anterior artículo, es necesario que la organización desarrolle y ponga en práctica un programa de entrenamiento continuo que abarque por lo menos las siguientes áreas:

1. Responsabilidades generales. Deberes y obligaciones del personal incluyendo actividades diarias e interacción con otros departamentos de la empresa.

2. Límites y alcances legales. Entre mayor conocimiento de sus límites legales y organizacionales tenga el personal, mayor será su confianza al actuar en diferentes escenarios y al atender a las autoridades locales.

3. Políticas y procedimientos vigentes con sus respectivas actualizaciones. Aún y cuando las políticas de seguridad se mantengan sin cambio, es necesario el reafirmarlas de forma periódica; hacer uso de casos específicos de estudio es una excelente práctica para aplicar en programas de entrenamiento.

4. Uso del equipo, herramientas y/o vehículos a cargo del Departamento de Seguridad. Temas a tratar deben incluir el uso de armas de fuego, cámaras de seguridad y/o equipo de control de accesos, estos cursos deben ofrecerse de forma periódica y deberán buscar que los elementos se vuelvan especialistas.

5. Atención de situaciones de emergencias. Los programas de atención de emergencias deberán ir formando criterios entre el personal.

Por ejemplo: No es válido que los guardias lleven 10 años tomando el mismo curso de primeros auxilios cuando en este tiempo la mayoría de ellos ya podrían ser paramédicos titulados.

6. Comunicación y reporte de eventos. Una vez más, la mejor forma de hacer que el personal crezca en este tema es el uso de escenarios y casos de estudio.

Una excelente práctica profesional es que dentro de los programas de entrenamiento del personal de seguridad se contemple el ir generando especialistas internos, aún y cuando estos empleados estén a cargo de un proveedor.

Por ejemplo, la última vez que tuvimos monitoristas a nuestro cargo, iniciamos los programas de capacitación con los conceptos básicos del departamento de seguridad, continuamos creciendo con temas específicos de la función de monitorista y terminamos graduando especialistas mediante el apoyo de personal de sistemas y proveedores especializados. Al final muchos de los elementos estaban capacitados y autorizados para programar los equipos, así como para realizar cambios físicos de cámaras, grabadoras, cableado, etc., eliminando en gran medida tiempos muertos por fallas de equipos, el uso de proveedores especializados, etc.


Es claro que un buen programa de entrenamiento marca la diferencia entre un buen y un mal departamento de seguridad ya que genera criterios de actuación, mejora actitudes e incrementa la lealtad del personal hacia la organización aún y cuando la nómina de este sea pagada por un tercero. La capacitación siempre es una excelente inversión.