En diversos artículos hemos hablado de la mentira y de la importancia tradicional que tiene para el entrevistador identificarla durante el proceso de entrevista de investigación, pero ¿qué es una mentira? Entendamos bien este concepto.
“Una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que su afirmación es parcial o totalmente falsa, y es realizada con la intención de ocultar de forma total o parcial la verdad sobre un tema en particular. Las mentiras pueden incluir falsedades genuinas, verdades selectivas o exageraciones de la verdad. La mentira implica siempre una acción intencional y consciente”.
Entonces, para que una mentira ocurra se requiere de varios factores:
Quién miente debe tener consciencia parcial o total de que lo que dice o expresa no es real. Es decir, la mentira no es producto de una alucinación ni de una enfermedad mental.
Es una afirmación falsa. Es una declaración parcial o totalmente alterada, manipulada y alejada de la realidad.
Tiene como intención ocultar información. La información verdadera es escondida a través de información que no es real, que es parcialmente real, o que es totalmente real, pero que no es la afirmación o respuesta correcta para el tema tratado. La mentira se usa para ocultar información o para desviar la atención del entrevistador hacia una nueva información que lo distrae de obtener la información realmente relevante.
Puede estar compuesta de falsedades genuinas (Ejemplo: decir que el piso es de color blanco cuando claramente es de color negro), verdades selectivas (Ejemplo: decir que el piso es de color claro sin especificar que su color es blanco) o exageraciones de la verdad (Ejemplo: Decir que el piso es el más blanco que ha existido cuando esto es difícil o prácticamente imposible de comprobar).
Es intencional. La mentira se expresa siempre de forma premeditada y deliberada. Las mentiras no son errores, son acciones intencionales con objetivos específicos que emite, en este caso un entrevistado, para proteger sus intereses y/o los intereses de un tercero.
Debido a que las mentiras son difíciles de descubrir y a que no hay un solo guiño, gesto, movimiento, comportamiento o grupo de comportamientos no verbales que por sí solo pueda determinar con certeza absoluta que un entrevistado miente, la única forma de detectar una mentira es encontrar información en la declaración del entrevistado que pueda ser refutada con información previamente conocida, o con la propia declaración del entrevistado.
La mentira por sí sola es difícil de descubrir, pero la tarea se complica aún más cuando el entrevistado transforma sus mentiras en un engaño. Un engaño es un conjunto de palabras o acciones (mentiras) para hacer suponer a alguien algo que no es verdad. El engaño involucra una serie de mentiras encaminadas a distraer o desviar la verdad sobre un hecho.
Mientras que una mentira es un hecho aislado, un engaño es una red de mentiras diseñadas de forma consciente para sustentar este hecho y dificultar al investigador o entrevistador el hallazgo de la verdad.
La experiencia nos dice que descubrir una mentira o un engaño en un proceso de entrevista de investigación no solo es difícil, sino poco probable, ya que la gran mayoría de los entrevistados evita mentir durante el proceso de entrevista y recurre en su lugar a la omisión de información relevante. Es decir, el entrevistado, al saber que si miente durante una declaración puede ser descubierto y confrontado, declarará en su lugar una versión parcialmente cierta de la historia en la que se omitan detalles relevantes del caso investigado.
En el polo opuesto de la mentira, se encuentra la verdad, la cual es una realidad absoluta e indiscutible que puede ser comprobada por uno o más medios. Es decir, la verdad existe, de forma total o absoluta, o simplemente no existe y cuando su existencia es parcial o nula se convierte en una mentira o en un engaño.
La experiencia nos dice que cazar mentiras es complicado y que durante la entrevista de investigación es una tarea que suele rendir muy pocos frutos, ya que la mayoría de los entrevistados, en lugar de mentir, recurren a la omisión de información. ¿Qué hacer entonces? Probablemente una estrategia más moderna y objetiva sea romper el paradigma y hacer exactamente lo contrario: buscar la verdad en la declaración del entrevistado y comparar esta verdad con la evidencia física, documental y testimonial que ya es conocida. Contar con las herramientas adecuadas y saber qué buscar facilita definitivamente el proceso.
Información sobre los programas de entrenamiento del sistema Entrevista Dirigida de Investigación puede ser obtenida vía email: israel.robledo@controltotalderobos.com