Entrevista Vs. Interrogatorio

Aunque semánticamente pueden llegar a utilizarse de forma indistinta, en la práctica los procesos de entrevista e interrogatorio son totalmente distintos. Mientras que la entrevista es un proceso no acusatorio que se realiza para obtener información general sobre un caso en particular, el interrogatorio es un proceso acusatorio que busca obtener una aceptación y/o una confesión sobre la participación en un evento.

Al igual que en otros aspectos profesionales de la seguridad, la televisión y el cine se han encargado de hacernos creer que tanto la entrevista como el interrogatorio solo son efectivos cuando un agente del orden trata con rudeza y desprecio a los sospechosos, peor aún, se fomenta la idea de que violando los derechos humanos y las garantías individuales del sujeto puede lograrse un cierre perfecto de estos procesos.

Es triste y lamentable el ver como muchos investigadores y jefes de seguridad han sacado sus técnicas de interrogatorio de esta fantasía hollywoodense y en la práctica no logran sino dañar los procesos de investigación y meter en problemas legales a la empresa que los contrata.

Mientras que la entrevista es el primer contacto con los involucrados en un evento, el interrogatorio está destinado para ser aplicado únicamente a un pequeño número de sospechosos que son escogidos tras un proceso de investigación formal. Ya que en México y en otros países de América Latica la ejecución de un interrogatorio está limitado a las autoridades judiciales, la mayor parte de las empresas hacen uso de la palabra entrevista para definir tanto el primer contacto con los involucrados como el proceso acusatorio para el grupo de sospechosos, aún y cuando en la práctica lleguen a emplear técnicas totalmente diferentes para cada uno de estos procesos.

Proceso de Entrevista Vs. Proceso de Interrogatorio

La entrevista es un proceso no acusatorio que es utilizado cuando un investigador tiene razones claras para creer que determinado sospechoso está involucrado en un evento de orden delictivo. La entrevista ocurre en las primeras etapas de la investigación y dado que no es un proceso acusatorio el investigador logra un mejor rapport con el entrevistado.

Un mejor rapport nos permite a su vez que el sujeto entrevistado esté más abierto a proporcionar información útil sobre su acceso al lugar del evento, su oportunidad de participar en el mismo, su propensión a cometer el delito y sus posibles motivos.

Aunque es recomendable el realizar la entrevista en un lugar donde la charla pueda realizarse de forma tranquila, este proceso es tan versátil que prácticamente puede ser realizado en cualquier tipo de ambiente.

El trabajo del investigador durante un proceso de entrevista consiste en plantear dudas sobre el caso y observar las reacciones del entrevistado, regularmente esta charla ocurre de manera informal y sin una estructura en particular. El entrevistador debe tomar notas de sus observaciones para poder analizar posteriormente la información recabada.

Un interrogatorio en cambio es utilizado en la última etapa de la investigación en la que el investigador está convencido de que la persona interrogada es participe indiscutible en la comisión del hecho investigado. El interrogatorio involucra una persuasión activa por parte del interrogador para que el interrogado hable con la verdad.

El interrogatorio es un proceso estructurado que necesariamente debe ser realizado en un ambiente controlado en el que el interrogador profesional hace uso de alguna técnica específica. El interrogatorio requiere de preparación y al ser un proceso confrontacional, es un requisito casi indispensable el que el interrogador cuente con información y evidencias claras que vinculen directa e indiscutiblemente al interrogado en el evento delictivo.

Técnicas como Reid, Wicklander-Zulawski y la Entrevista Dirigida son procesos estructurados de interrogatorio que han demostrado su alta efectividad a lo largo de los años cuando son aplicadas de forma ética y profesional.

En México ni las entrevistas ni los interrogatorios realizados por particulares son métodos probatorios ante un tribunal, pero en cambio, resultan ser una muy valiosa herramienta para lograr una negociación entre la empresa y un empleado, proveedor o contratista que ha defraudado la confianza de la misma.

El éxito de una buena entrevista y de un buen interrogatorio depende de varios factores, pero la mayoría de ellos están subordinados a la habilidad, técnica y práctica de la persona que realiza los procesos.

La buena noticia es que dado que existen diversas técnicas diseñadas para ejecutar tanto las entrevistas como los interrogatorios estas metodologías pueden ser aprendidas y con la práctica suficiente pueden ser dominadas en un periodo relativamente corto de tiempo.

Mientras que una buena entrevista dará al investigador la pauta para desarrollar un proceso de investigación, un buen interrogatorio permitirá al investigador cerrar el caso al obtener la aceptación de participación y/o la confesión de uno o más involucrados.